Tratamientos superficiales en tornillería

Los tratamientos superficiales son procesos que se realizan tras la fabricación para dar unas características determinadas a la superficie de un objeto.

Los tratamientos superficiales en tornillería tienen dos funciones principales:

  1. La primera función consiste en proteger las fijaciones de fenómenos como la oxidación y la corrosión.
  2. La segunda función consiste en otorgar a la superficie tratada unas características concretas como puede ser una mejora del coeficiente de fricción o de la conductividad eléctrica.

Existen numerosos tratamientos superficiales (estéticos, funcionales,…), pero los más comunes son los que se utilizan para proteger y prolongar la vida útil de la tornillería.

Tipos de tratamientos superficiales en tornillería:

  • Tratamientos de protección:

Algunos de los tratamientos más comúnmente requeridos son el bruñido, el fosfatado, GEOMET®, dacromet, el latonado, el cobreado, el galvanizado y el zinc-níquel.

Bruñido: es un tratamiento para la coloración superficial oscura (negruzca) de material metálico realizable con diferentes métodos. Se utiliza para proteger ligeramente el metal de la oxidación y para dar a los productos un determinado aspecto estético. El bruñido del acero inoxidable se denomina también NERINOX.

Fosfatado: es un proceso químico que permite alterar la superficie de un metal mediante la creación de cristales fosfáticos, mejorando su resistencia a la corrosión y facilitando el posterior y eventual proceso de pintado. Se puede efectuar con zinc o con manganeso.

Geomet: recubrimiento de base acuosa que contiene zinc y aluminio en forma laminar, se utiliza para proporcionar una muy alta protección contra la corrosión ambiental en materiales metálicos. Resiste a temperaturas de hasta 300° y no presenta fragilización por HIDRÓGENO. Entre los diferentes tipos de GEOMET® a disposición GEOMET® 321 y GEOMET® 500 contienen un lubricante integrado. Las principales formas de aplicación de GEOMET® son por inmersión o pulverización.

Galvanizado electrolítico: es un procedimiento mediante el cual se deposita sobre piezas metálicas una capa de Zinc mediante una corriente continua controlada. El proceso se utiliza para proteger piezas pequeñas que requieren un acabado más uniforme del que proporciona el Galvanizado por Inmersión en caliente. El acero galvanizado electrolíticamente tiene excelente moldeabilidad y puede ser unido mediante soldadura. Hay diferentes tipos y cromados, del clásico y más utilizado de color blanco al iridiscente, hasta llegar al estético de color negro.

Galvanizado en caliente: el proceso de la galvanización general en caliente consiste en la aplicación de recubrimientos superficiales de zinc sobre piezas y elementos de hierro y acero mediante la inmersión de los mismos en baños de zinc fundido a una temperatura de 450 °C. El objetivo de este proceso es conseguir la protección de las piezas y elementos metálicos frente a la corrosión por humedad y contaminación ambiental. Después de muchos años y con la llegada de nuevos métodos, aún hoy se considera una de las protecciones más eficaces y duraderas.

Zinc-níquel: proceso innovador electrolítico que se basa sobre un depósito sobre base ferrosa de una aleación de zinc y níquel al 12-15%; coloración natural gris semibrillante con posibilidad de una pasivación negra.
Libre de presencia de cromo hexavalente. Considerablemente más protector que el galvanizado electrolítico tradicional.

  • Tratamientos estéticos:

Latonado: el latonado es un recubrimiento metálico de latón, realizado mediante baño electrolítico, que se da sobre piezas metálicas, ya sean de acero, latón, cobre o zamak. es un proceso de recubrimiento utilizado para obtener objetos con características estéticas y decorativas especiales: aspecto amarillo-dorado brillante, natural.

Marcado y grabado láser: proceso preciso y limpio que no daña las superficies, se utiliza principalmente para identificaciones, trazabilidad y codificación de productos.

  • Tratamientos funcionales:

Sistemas de bloqueo preaplicados: los productos preaplicados aumentan la estabilidad de la unión en presencia de vibraciones o esfuerzos dinámicos. Hay varios tipos cuya función varía de frenante a bloqueante.
Las preaplicaciones evitan las molestias y los retrasos de aplicaciones líquidas hechas manualmente en la línea por los operadores encargados del montaje de las piezas. En consecuencia, además de mejorar la fijación, los sistemas preaplicados reducen y simplifican los tiempos de ensamblaje.